martes, 20 de enero de 2015

Cine: Historia de Lisboa (Wenders)

Historia de Lisboa
de Wim Wenders

Hoy por la mañana me encontré con una estudianta que, al borde del llanto, me dio a entender que esto se estaba convirtiendo en un foro dedicado casi de lleno a la literatura (en realidad no me dio a entender eso, sino que es algo que yo ya había pensado y lo recordé en ese momento). Retomamos, prestos, las recomendaciones en el dominio del séptimo arte.

Hemos mencionado hasta la náusea aquella legendaria 27a Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional de noviembre de 1994. Grandes directores con grandes películas. Pero entre ellos no estaba Wenders. Me acabo de dar cuenta al revisar el programa. Los incondicionales del maestro tendríamos que esperar dos años más para poder disfrutar de esta magnífica cinta, que venía en la 29a Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional, en 1996. Acompañada nada menos que por realizaciones de la talla de la inquietante Crash (de David Cronenberg), Tesis (escalofriante opera prima de Alejandro Amenábar), Trainspotting (alucinada adaptación de Danny Boyle sobre la novela de Irvine Welsh), Fargo (de los hermanos Coen) entre otras, Historia de Lisboa fue una verdadera delicia en muchos aspectos. Resaltamos algunos (sin contar el final para que la vean (en realidad no contaremos nada de la trama de la película)).

La historia (como más de uno habrá intuido) se desarrolla en Lisboa. El personaje principal es alemán. Ergo, la historia se desarrolla en portugués, alemán e inglés (jamás, ni por error, acepten una versión doblada), con tres elementos de fondo y de forma que la enriquecen a más no poder: la literatura de Fernando Pessoa, la música de Madredeus y la maravillosa habilidad para contar historias de Wenders. Para quienes no lo conocen, muchas de sus películas son imprescindibles: desde Paris, Texas hasta El amigo americano, Alicia en las ciudades, El miedo del portero frente al penalty (basada en la novela de Peter Handke y que fue para mí una verdadera epifanía). Y una cuyo guión recuerdo cada vez que escucho a alguien hablando sobre la inseguridad: El fin de la violencia (magnífica también).

En fin, que esta película me parece una muy disfrutable manera de entrar al cine de Wenders, elegante, parsimonioso y con un humor sutil sutil. Casi no puedo esperar a que se exhiba en los cines el nuevo documental que ha hecho sobre la vida del fotógrafo Sebastiao Salgado. Dicen las malas lenguas que nuevamente Wenders ha hecho de las suyas.

Hasta la siguiente entrega.

1 comentario:

  1. He leído algunas de las reseñas y el humor con el que las redactas hace aún más atractiva la lectura de las recomendaciones (lectura, degustacion y demas).saludos

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